LITERATURA

BIBLIOTECA NACIONAL
http://www.bn.gov.ar/

Historia
La Biblioteca Nacional fue creada por un decreto de la Primera Junta el 13 de septiembre de 1810, bajo el nombre de Biblioteca Pública de Buenos Aires.
Su primera ubicación fue, durante dos años, el edificio del Cabildo; en 1812 abre sus puertas al público en una sala del edificio que se encuentra en la esquina formada por las calles Moreno y Perú, dentro de la zona que actualmente se conoce como la Manzana de las Luces.
Su primer material bibliográfico fue donado por instituciones como el Cabildo Eclesiástico y el Real Colegio San Carlos, y varios particulares como Luis Chorroarín y Manuel Belgrano.

Mariano Moreno fue designado Protector de la Biblioteca en 1810. Mientras que Cayetano Rodríguez y Saturnino Segurola fueron designados respectivamente primero y segundo bibliotecario. En enero de 1811 asumió la dirección Luis Chorroarín, quién se mantendría en el cargo hasta 1821, cuando mediante un decreto de Martín Rodríguez fue reemplazado por Saturnino Segurola. Desde 1822 a 1828 ejerció el cargo Manuel Moreno, hermano de Mariano, y la biblioteca contaba en ese entonces con un patrimonio considerable: en 1823 la biblioteca contaba con más de 17.000 volúmenes. También pueden destacarse los directorios de Vicente G. Quesada, que incorporó gran cantidad de material traído desde el extranjero y realizó mejoras en la infraestructura, y de Manuel Trelles, quien también incorporó gran cantidad de material bibliográfico hasta que la Biblioteca pasó a depender del Gobierno Nacional y fue reemplazado. Estas mejoras que sufrió la Biblioteca Pública se manifestaron en los 7.715 lectores que concurrieron en 1881 y los 32.600 volúmenes con los que contaba en 1882.

El 5 de octubre de 1884 fue designado José Antonio Wilde como primer Director Nacional, quien fallece poco después. Desde ese momento es conocida oficialmente como Biblioteca Nacional.

INICIOS DE LA LITERATURA ARGENTINA
La literatura de habla hispana en el territorio argentino, se inicia con la conquista y colonización española.
Los conquistadores traían consigo cronistas que redactaban y describían todos los acontecimientos importantes, aunque con ojos españoles y para un público lector español.
Siendo Santiago del Estero la primera ciudad de la Argentina, varios cronistas de esta población pueden ser considerados como los iniciadores de la crónica literaria y poesía argentina. Entre ellos destacan Luis Pardo, quien fuese alabado como poeta por Garcilaso de la Vega. También Matheo Rojas de Oquendo y Bernal Díaz del Castillo.
El primer cronista del Río de La Plata fue Ulrico Schmidl, con su obra "Derrotero y viaje a España y a las Indias", una obra muy discutida por las diferencias entre traducciones.
La Universidad de Córdoba, fundada en 1613, se convirtió rápidamente en un centro de cultura.A medida que la población criolla crecía y la educación de ésta se fortalecía, surgían los primeros destellos -aunque en forma embrionaria- de una literatura local en forma de cartas, epístolas y otros tipos de composiciones.
Durante la segunda mitad del siglo XVIII, aunque las autoridades españolas se empeñaban en restringir las noticias que llegaban de Europa a América, al puerto de Buenos Aires arribaban, subrepticiamente ocultos en los barcos, todo tipo de libros. La Revolución acabó con las restricciones, y cuando en 1812 se inauguró la primera biblioteca pública de Buenos Aires, promovida por Mariano Moreno, en apenas un mes los habitantes de Buenos Aires donaron más de 2000 libros, lo que demuestra la avidez con que se leía en aquella época.
Las tensiones con la literatura francesa produjeron los fenómenos del criollismo, o literatura gauchesca y la reivindicación de la literatura española. Hispanistas y gauchescos no formaron escuelas definidas ni coincidieron siempre en el tiempo; fueron más bien manifestaciones que tácitamente rechazaban la influencia francesa. Mientras los primeros apenas dejaron huellas en cuanto a cantidad y calidad de obras, a los segundos se los considera fundadores de la literatura argentina moderna.
Sin embargo, el primer relato que merece para muchos críticos el nombre de «fundacional», fue escrito antes de mediados del siglo XIX por Esteban Echeverría (1805-1851), escritor y político liberal, de tendencia romántica perteneciente a la denominada Generación del 37. Su cuento El matadero, que describe una escena brutal de tortura y asesinato en los mataderos de ganado de Buenos Aires, es de un estilo realista infrecuente en la época. Echeverría escribió también el poema La cautiva, de ambiente rural, pero de estilo culto y complejas resoluciones metafóricas y sintácticas.
José Hernández
La literatura gauchesca comienza con la obra del oriental Bartolomé Hidalgo. Sus Cielitos, que hablan de la peripecia patriótica, van deviniendo después en poemas en los cuales se incorporan las primeras denuncias que luego continuarán la voz de  Los Tres Gauchos Orientales y más tarde la voz de Martín Fierro de José Hernández.
Posteriormente ocurre la publicación de Fausto, de Estanislao del Campo (1866), sátira en verso en la que un gaucho relata con su propio lenguaje una representación del Fausto de Charles Gounod en la ópera de Buenos Aires, el Teatro Colón.
El salón literario
Marcos Sastre, un librero de la ciudad de Buenos Aires, ofreció en 1837 un salón de su "Librería Argentina" para oficiar de salón literario y que se efectuaran allí las reuniones de los grupos de lecturas y discusión de los intelectuales. La primera sesión inaugural fue en junio de 1837. Los conceptos básicos que cohesionaron al grupo, sentados en los discursos inaugurales de Juan Bautista Alberdi, Marcos Sastre, Juan María Gutiérrez, fueron:
  • Necesidad de reflexionar sobre los acontecimientos políticos del pasado para poder actuar sobre el presente. Como manifestara Echeverría en un discurso frente al Código: "Señores, si hemos de hacer algo por nuestra patria, es preciso que nuestras ideas nazcan del conocimiento de la vida anterior y presente de nuestra sociedad."
  • Retorno a los ideales de la Revolución de Mayo, de la que se consideraban hijos y sucesores.
  • Creación de una literatura nacional, unida al medio geográfico y social, que atendiera "al fondo más que a la forma del pensamiento, a la idea más que al estilo, a la belleza útil más que a la belleza en sí" (Alberdi); que "armonice con la virgen y grandiosa naturaleza americana" (Echeverría). Los modelos literarios serán los ofrecidos por el romanticismo europeo, pero con una fuerte impronta de carácter criollista.
  • Propuesta de un divorcio con respecto a los modelos literarios españoles y a la tutela académica.
  • Defensa de la libertad en el empleo de la lengua, aceptan las variantes regionales del español americano.
Martín Fierro 
Martín Fierro es un poema narrativo de José Hernández, obra literaria considerada ejemplar del género gauchesco en Argentina y Uruguay. Se publicó en 1872 con el título El Gaucho Martín Fierro, y su continuación, La vuelta de Martín Fierro, apareció en 1879. Narra el carácter independiente, heroico y sacrificado del gaucho. El poema es, en parte, una protesta en contra de las tendencias europeas y modernas del presidente argentino Domingo Faustino Sarmiento.
Leopoldo Lugones, en su obra literaria El payador calificó a este poema como "el libro nacional de los argentinos" y reconoció al gaucho su calidad de genuino representante del país, emblema de la argentinidad. Para Ricardo Rojas representaba el clásico argentino por antonomasia. El gaucho dejaba de ser un hombre "fuera de la ley" para convertirse en héroe nacional. Leopoldo Marechal, en un ensayo titulado Simbolismos del "Martín Fierro" le buscó una clave alegórica. José María Rosa vio en el "Martín Fierro" una interpretación de la historia argentina.
Este libro ha aparecido literalmente en cientos de ediciones y fue traducido a más de 70 idiomas. La última fue al  Quichua, tras nueve años de trabajo, por Don Sixto Palavecino y Gabriel Conti.
La obra narra las desventuras de un gaucho, reclutado a la fuerza para la guerra contra el indio, quien a su regreso mata a un hombre en duelo, huye y se exilia entre los salvajes.Vuelto a la civilización, pronuncia una serie de máximas a sus hijos y reflexiones sobre las penurias de sus paisanos, los gauchos, parias de la pampa.
Domingo F. Sarmiento
En 1845, Domingo Faustino Sarmiento, escritor y político que llegaría a la Presidencia de la Nación, había publicado Facundo, sobre el caudillo provincial Facundo Quiroga, a quien describe agudamente, pero a la vez pinta como símbolo y representación de la barbarie, a la que Sarmiento oponía el progreso y la civilización. Para la crítica del siglo XX, Facundo es también un libro inaugural de la literatura argentina.
En cuanto a la producción literaria de mujeres, destacan en el siglo XIX autoras como Juana Manuela Gorriti, Eduarda Mansilla, Rosa Guerra y Juana Manso, que por un lado también discuten a su manera el problema nacional, por ejemplo con el motivo de la Cautiva o el tema gauchesco, por otro lado se insertan en la incipiente discusión feminista de la época, con problemas como la educación de la mujer.
Siglo XX
Leopoldo Lugones
Normalizada la vida política después de las guerras interiores, y con el gobierno en manos de liberales, el país entra con gran pujanza en el nuevo siglo y la literatura se hace cosmopolita. El poeta, narrador y ensayista Leopoldo Lugones es la figura que representa este puente entre dos épocas. Influido por la poesía del nicaragüense Rubén Darío, escribió poemarios de elaborada retórica, cuentos y combativos ensayos. De su anarquismo inicial derivó hacia el nacionalismo autoritario, apoyó el primer golpe de Estado en el país (1930) y se suicidó en una posada en el delta del río Paraná.
A la poesía suntuosa de Lugones, sigue la «sencillista», de poetas como Baldomero Fernández Moreno y Evaristo Carriego. También a principios de este siglo es cuando Gustavo Martínez Zuviría (Hugo Wast) da comienzo a su gran producción de artículos y novelas varias de las cuales fueron llevadas al cine. Se destacan entre ellas Flor de Durazno (1911) en la que hace su debut en el cine Carlos Gardel y Valle Negro (1918) novela elogiada por Miguel de Unamuno.
Ricardo Güiraldes publica su Don Segundo Sombra, novela rural que a diferencia de Martín Fierro no reivindica socialmente al gaucho, sino que lo evoca como personaje legendario, en un tono elegíaco.
En la provincia de Entre Ríos, a la orilla del río Paraná, el poeta Juan L. Ortiz inicia una obra solitaria, de intensa relación con el paisaje fluvial, pero también con sus humildes habitantes.
En la década del cuarenta aparece una nueva vanguardia de la mano de Juan-Jacobo Bajarlía junto a Gyula Kosice, Edgar Bayley, Carmelo Arden Quin y Tomás Maldonado entre otros. Al mismo tiempo, se afirma la figura de Borges, a la vez que es cuestionada por su presunto «cosmopolitismo». Ernesto Sabato publica su primera novela, El túnel, elogiada y premiada en Europa. Leopoldo Marechal publica varios libros de poesía y su Adán Buenosayres (1948).
Publican poetas como Olga Orozco y Enrique Molina y la poeta Celia Gourinski, influidos por el surrealismo europeo; Alberto Girri, admirador de la poesía anglosajona y Edgar Bayley, cofundador del «concretismo», de mayor gravitación en las artes plásticas que en la literatura.
Arturo Jauretche
El agotamiento de sus posibilidades políticas indujo a Jaureteche a retomar la pluma; en la década del '60 publicaría con frecuencia e intensidad, tanto en revistas y periódicos como en volúmenes de ensayo que resultarán grandes éxitos de público. En 1962 apareció Forja y la Década Infame, dos años más tarde Filo, contrafilo y punta, y en 1966 El medio pelo en la sociedad argentina, una punzante interpelación a la clase media que tiene inmediata repercusión. Su afinidad con la CGT de los Argentinos lo lleva a sumarse a la Comisión de Afirmación Nacional de la Central.
En 1968 publica su Manual de zonceras argentinas, un interesante listado de ideas negativas sobre su propio país que generalmente tienen los argentinos. Éstas son introducidas en la conciencia de todos los ciudadanos desde la educación primaria y sostenidas posteriormente por medio de la prensa. Frases como la sarmientina El mal que aqueja a la Argentina es la extensión, más la dicotomía "civilización o barbarie" (según Jauretche, la madre que las parió a todas las zonceras) y similares, según Jauretche, llevan a la limitación de las posibilidades de la Argentina de realizarse en forma autónoma.
En 1972 publica De memoria. Pantalones cortos. Era el primer tomo de una trilogía que debía rescatar los recuerdos de su vida y las enseñanzas políticas y nacionales que ésta la fue dejando. Este primer tomo, que reúne sus recuerdos de infancia en Lincoln, provincia de Buenos Aires, fue el único que publicó. La muerte le impidió publicar sus continuaciones.
Sobre su capacidad de crear o adaptar términos para definir actitudes políticas, él mismo escribió sobre las palabras cipayo, oligarca y vendepatria:
“Creo haber sido el inventor de la palabra ‘vendepatria’ o por lo menos de su divulgación inicial, desde el semanario Señales. El uso de la expresión ‘oligarquía’ en la acepción hoy popular, así como las expresiones ‘vendepatria’ y ‘cipayo’, las popularicé desde el periódico Señales y en otros de vida efímera en los años posteriores a la revolución de 1930.”
Obras
·         1934: El Paso de los Libres. Edición prologada por Jorge Luis Borges. Una segunda edición en 1960 llevará el prólogo de Jorge Abelardo Ramos.
·         1956: El Plan Prebisch: retorno al coloniaje.
·         1957: Los profetas del Odio y la Yapa.
·         1958: Ejército y Política.
·         1959: Política Nacional y Revisionismo Histórico.
·         1960: Prosas de Hacha y Tiza.
·         1962: Forja y la Década Infame.
·         1964: Filo, Contrafilo y Punta.
·         1966: El Medio Pelo en la Sociedad Argentina.
·         1968: Manual de Zonceras Argentinas.
·         1969: Mano a Mano entre Nosotros.
      Jorge Francisco Isidoro Luis Borges
(Buenos Aires, 24 de agosto de 1899 – Ginebra, 14 de junio de 1986) fue un escritor argentino, uno de los autores más destacados de la literatura del siglo XX. Publicó ensayos breves, cuentos y poemas. Su obra, fundamental en la literatura y en el pensamiento humano, ha sido objeto de minuciosos análisis y de múltiples interpretaciones, trasciende cualquier clasificación y excluye cualquier tipo de dogmatismo.
Se lo ha presentado como uno de los eruditos más grandes del siglo XX, lo cual no impide que la lectura de sus escritos suscite momentos de viva emoción o de simple distracción. Ontologías fantásticas, genealogías sincrónicas, gramáticas utópicas, geografías novelescas, múltiples historias universales, bestiarios lógicos, silogismos ornitológicos, éticas narrativas, matemáticas imaginarias, thrillers teológicos, nostálgicas geometrías y recuerdos inventados son parte del inmenso paisaje que las obras de Borges ofrece tanto a los estudiosos como al lector casual. Y sobre todas las cosas, la filosofía, concebida como perplejidad, el pensamiento como conjetura, y la poesía, la forma suprema de la racionalidad. Siendo un literato puro pero, paradójicamente, preferido por los semióticos, matemáticos, filólogos, filósofos y mitólogos, Borges ofrece — a través de la perfección de su lenguaje, de sus conocimientos, del universalismo de sus ideas, de la originalidad de sus ficciones y de la belleza de su poesía — una obra que hace honor a la lengua española y la mente universal. Ciego a los 55 años, personaje polémico, con posturas políticas que le impidieron ganar el Premio Nobel de Literatura al que fue candidato durante casi treinta años, Borges siempre soñó con que la posteridad le perdonara sus errores y le concediera la gloria de que se lo recordase por sus mejores textos.
Desde una perspectiva más histórica, la obra de Borges puede dividirse en períodos. Una primera etapa inicial, vanguardista, acotada entre los años 1923 y 1930. Este período está caracterizado por la importancia fundamental del poema, el verso libre y la proliferación metafórica (sobre todo la proveniente de Lugones), la apelación a un neobarroco de raigambre española (Quevedo, en primer término) y cierto nacionalismo literario, que llega a proclamar la independencia idiomática de Argentina, en textos luego repudiados por el propio autor. A este período pertenecen los poemarios Fervor de Buenos Aires, Luna de enfrente y Cuaderno San Martín, así como los ensayos de Inquisiciones, El tamaño de mi esperanza, El idioma de los argentinos y Evaristo Carriego. A partir de 1930 la obra de Borges, durante unos treinta años, se inclinará a la prosa y surgirá una doble vertiente de su tarea: el ensayo breve, normalmente de lecturas literarias, y la llamada "ficción", que no es estrictamente un cuento, aunque su trámite sea narrativo y su convención de lectura sea la ficcional. En ella aparecen, a menudo, escritores y libros apócrifos como Pierre Ménard y su Quijote, o Herbert Quain. Estéticamente, en este segundo período de su obra, Borges efectuó una crítica radical a sus años de vanguardista. Se replegó hacia una actitud estética de apariencia neoclásica, aunque en él pervivieran los tópicos del infinito y de lo inefable, recogidos en sus juveniles frecuentaciones de Schopenhauer y de los poetas románticos alemanes. Borges en esta etapa vuelve sobre algunos episodios costumbristas de ambiente campesino o suburbial, que había tratado en su juventud, como el duelo a cuchillo, para repasarlos en un contexto de mitología universal. Así, sus gauchos y compadritos de las orillas se entreveran con los héroes homéricos, los teólogos medievales y los piratas del mar de la China. A este período, prescindiendo de antologías y reelaboraciones, pertenecen los ensayos de Discusión (1932), Historia de la eternidad (1936) y Otras Inquisiciones (1952); los relatos de Historia universal de la infamia (1935), de Ficciones (1944) y El Aleph (1949), y un buen número de obras en colaboración con Bioy Casares (Seis problemas para don Isidro Parodi, 1942; Dos fantasías memorables, 1946; Un modelo para la muerte, 1946, y los guiones cinematográficos Los Orilleros y El paraíso de los creyentes, 1955, con Delia Ingenieros (Antiguas literaturas germánicas, 1951), con Betina Edelberg (Leopoldo Lugones, 1955) y con Margarita Guerrero (El Martín Fierro, 1953 y Manual de zoología fantástica, 1957).
La mayoría de sus historias más populares abunda en la naturaleza del tiempo, el infinito, los espejos, laberintos, la realidad y la identidad; mientras otras se centran en temas fantásticos. El mismo Borges cuenta historias más o menos reales de la vida sudamericana; historias de héroes populares, soldados, gauchos, detectives y figuras históricas, mezclando la realidad con la fantasía y los hechos con la ficción. Con un manejo inusual de las palabras, la obra borgiana impulsó una renovación del lenguaje narrativo, resaltando la índole ficticia del texto y amalgamando fuentes y culturas de índole diversa (europeas y orientales, vanguardistas y clásicas) a través de la parodia y la ironía.

Traducciones

A la edad de 11 años, tradujo a Oscar Wilde. Borges creía que la traducción podía superar al original y que la alternativa y potencialmente contradictoria revisión del original podía ser igualmente válida, más aún, que el original o la traducción literal no tenía porqué ser fiel a la traducción. A lo largo de su vida, tradujo, modificando sutilmente, el trabajo de, entre otros, Edgar Allan Poe, Franz Kafka, James Joyce, Hermann Hesse, Rudyard Kipling, Herman Melville, André Gide, William Faulkner, Walt Whitman, Virginia Woolf, Henri Michaux, Jack London, Gustav Meyrink, Novalis, Marcel Schwob, George Bernard Shaw, May Sinclair, Jonathan Swift, H. G. Wells y G. K. Chesterton.

Cuentos

  • Historia universal de la infamia (1935)
  • Ficciones (1944)
  • El Aleph (1949)
  • La muerte y la brújula (1951)
  • El informe de Brodie (1970)
  • El libro de arena (1975)
  • La memoria de Shakespeare (1983)
Ensayos
  • Inquisiciones (1925)
  • El tamaño de mi esperanza (1926)
  • El idioma de los argentinos (1928)
  • Evaristo Carriego (1930)
  • Discusión (1932)
  • Historia de la eternidad (1936)
  • Otras inquisiciones (1952).
  • Siete Noches (1980)
  • Nueve ensayos dantescos (1982)
  • Atlas (1985)

Poesías

  • Fervor de Buenos Aires (1923)
  • Luna de enfrente (1925)
  • Cuaderno San Martín (1929)
  • El hacedor (1960)
  • El otro, el mismo (1964)
  • Para las seis cuerdas (1965)
  • Elogio de la sombra (1969)
  • El oro de los tigres (1972)
  • La Rosa Profunda (1975)
  • La moneda de hierro (1976)
  • Historia de la Noche (1977)
  • Adrogué (1977)
  • La Cifra (1981)
  • Los Conjurados (1985)

Antologías

  • Antología personal (1961)
  • Nueva antología personal (1968).
  • Libro de sueños (1976)
  • Textos cautivos (1986).
  • Borges en el hogar (2000).

Obras en colaboración

  • Índice de la poesía americana (16), antología con Vicente Huidobro y Alberto Hidalgo
  • Antología clásica de la literatura argentina (1937), con Pedro Henríquez Ureña
  • Antología de la literatura fantástica (1940), con  Bioy Casares y Silvina Ocampo
  • Antología poética argentina (1941), con Bioy Casares y Silvina Ocampo
  • Seis problemas para don Isidro Parodi (1942), con Bioy Casares
  • El compadrito (1945), antología de textos de autores argentinos en colaboración con Silvina Bullrich
  • Dos fantasías memorables (1946), con Bioy Casares
  • Un modelo para la muerte (1946), con Bioy Casares
  • Obras escogidas (1948).
  • Antiguas literaturas germánicas (México, 1951), con  Delia Ingenieros
  • El idioma de Buenos Aires (1952), con José Edmundo Clemente
  • Obras completas (1953)
  • El Martín Fierro (1953), con Margarita Guerrero
  • Poesía gauchesca (1955), con Bioy Casares
  • Cuentos breves y extraordinarios (1955), con Bioy casares
  • El paraíso de los creyentes (1955), con Bioy casares
  • Leopoldo Lugones (1955), con Betina Edelberg
  • Los orilleros (1955), con Bioy Casares
  • La hermana Eloísa (1955), con Luisa Mercedes Levinson
  • Manual de zoología fantástica (México, 1957), con Margarita Guerrero
  • Los mejores cuentos policiales (1943 y 1956), con Bioy Casares
  • Libro del cielo y del infierno (1960), con Bioy Casares
  • Introducción a la literatura inglesa (1965), con María Esther Váquez
  • Literaturas germánicas medievales (1966), con María Esther Vázquez, revisa y corrige el tratado Antiguas literaturas germánicas
  • Introducción a la literatura norteamericana (1967), con Estela Zemborain de Torres
  • Crónicas de Bustos Domecq (1967), con Bioy Casares.
  • El libro de los seres imaginarios (1967), escrito en colaboración con Margarita Guerrero.
  • Nueva antología personal (1968).
  • Prólogos (1975).
  • ¿Qué es el budismo? (1976), con Alicia Jurado
  • Diálogos (1976), con Ernesto Sabato
  • Nuevos cuentos de Bustos Domecq (1977), con Bioy Casares
  • Breve antología anglosajona (1978), con María Kodama
  • Obras completas en colaboración (1979)
  • Atlas (1985), con María Kodama
  • Textos cautivos (1986), textos publicados en la revista El hogar

Guiones de cine

  • Los orilleros (1939). Escrito en colaboración con Adolfo Bioy Casares
  • El paraíso de los creyentes (1940). Escrito en colaboración con Adolfo Bioy Casares
  • Invasión (1969). Escrito en colaboración con Adolfo Bioy Casares y Hugo Santiago.
  • Les autres (1972). Escrito en colaboración con Hugo Santiago.
Julio Cortázar
Julio Cortázar edita sus primeros cuentos en los años 1950, el primero de ellos por gestión de Borges, y se autoexilia en París.
En esa década y la siguiente, la vanguardia poética se reagrupa en la revista Poesía Buenos Aires, dirigida por Raúl Gustavo Aguirre.
El poeta Juan Gelman aparece como la figura más destacada de una poesía de tono coloquial, políticamente comprometida, que incluye a Juana Bignozzi y Horacio Salas, mientras Fernando Demaría se destaca por su lirismo íntimamente ligado a la tierra y al paisaje.
Destacan también, en poesía, Rafael Squirru, Fernando Guibert, Joaquín Giannuzzi, Leónidas Lamborghini, Emeterio Cerro, Juan-Jacobo Bajarlía, Alejandra Pizarnik, Abelardo Castillo, Liliana Heker, Vicente Battista, Beatriz Guido, Bernardo Kordon, Juan José Manauta, Rodolfo Walsh, Adolfo Bioy Casares, de muy distintas ideas estéticas, que recorren una gama de estilos que va desde lo social hasta lo existencial y lo fantástico. Sobresale en el interior argentino, Juan Bautista Zalazar, poeta y cuentista nacido en La Rioja y afincado en Catamarca.
Después de la dictadura militar de la historia local (1976-1983), en la narrativa se destacan nombres como los de Daniel Moyano, Ricardo Piglia, Manuel Puig, Antonio Di Benedetto, César Aira, Juan José Saer, Julio Carreras (h), Antonio Dal Masetto, Alan Pauls, Ana María Shua, Rodolfo Fogwill, Alicia Steimberg, Luisa Valenzuela, Alberto Laiseca, Osvaldo Soriano, Luisa Futoransky, Jorge Asís, Héctor Tizón, Rodrigo Fresán, Mempo Giardinelli, Alicia Kozameh, Reina Roffé, Cristina Feijóo, Rodolfo Rabanal, Susana Szwarc, Liliana Heker, Jorge Torres Zavaleta, Leopoldo Brizuela, Guillermo Martínez y poetas como Celia Gourinski, Arturo Carrera, Néstor Perlongher, Ricardo Zelarrayán, Susana Thénon, Irene Gruss, Cristina Piña, Diana Bellessi, Jorge Aulicino, Ruth Mehl, Fabián Casas, Santiago Sylvester, Horacio Castillo, María del Carmen Colombo, Rafael Roldán Auzqui.
Muchos de estos autores habían comenzado su actividad en los años anteriores a la dictadura; otros aparecen en los ochenta y noventa para reanudar la discusión literaria. El tono paródico en algunos de ellos, la ironía, la fantasía, el realismo y la épica, la gravedad o la liviandad, el minimalismo y la lírica intimista y feminista indican las tendencias y tensiones del momento histórico.

La polémica Florida-Boedo
Grupo Florida. Grupo Boedo
En los años veinte, surge la polémica Florida-Boedo, entre lo que se conocería como el Grupo Florida y Grupo Boedo. Ambos grupos aglutinan a la vanguardia. El Grupo Florida tiene entre sus miembros sobre todo a personajes de la élite económica, mientras que el Grupo Boedo se proclama como antivanguardista, más ligados a los problemas sociales y económicos de las clases trabajadoras, influidos por el modelo realista de la literatura rusa, entre los que se destaca Roberto Arlt, aunque nunca se proclamó como perteneciente al Grupo Boedo. La polémica Florida-Boedo no es solamente de carácter económico, sino que refleja modos diferentes de concebir la literatura y la escritura; esto incluye las temáticas tratadas, el lenguaje utilizado, la función social que cada grupo le asigna a la literatura y los modelos literarios a seguir.
La hoja de divulgación del Grupo Florida se llamaría, significativamente, Martín Fierro, para algunos, un gesto snob, para otros, la expresión del matiz criollista que quería subrayar el movimiento innovador. En ese periódico escribe Jorge Luis Borges, quien con el tiempo sería el más conocido fuera de las fronteras del país, y otros poetas clave, como Raúl González Tuñón y Oliverio Girondo (estos últimos, pertenecientes al Grupo Boedo).

Revistas literarias
En Argentina, las revistas literarias fueron cruciales en la difusión de nuevos escritores, intelectuales y académicos, además de ser un punto de encuentro para el intercambio de las diferentes perspectivas sobre la literatura y los posicionamientos políticos en relación a los modelos literarios.
Algunas de las principales revistas fueron:
  • Revista Sur- 1931-1992 - 371 ejemplares
  • Contra. La revista de los francotiradores- 1933-1933 - 6 ejemplares
  • Contorno (revista) - 1953 - 1959 - 10 ejemplares
  • Revista Punto de Vista- 1978
  • Crisis -1973 - 1976
  • Puro Cuento -1885-1992
Poesía de los años noventa
Durante el gobierno de Carlos Saúl Menem (1989-1999), en un clima de albor económico para la clase media y alta, y eclipse cultural, surgen nuevos grupos de autores, alrededor de núcleos de autogestión. Se organizan lejos del circuito tradicional en galerías, fábricas recuperadas, centros culturales barriales y discotecas.Publican en editoriales pequeñas (VOX, Siesta, Ediciones del Diego, Ediciones ByF, Selecciones de Amadeo Mandarino), revistas independientes (como 18 wyskies) y en la Red (como Poesia.com).
Destacan autores como Juan Desiderio (La Zanjita), Washington Cucurto (Zelarayan y La máquina de hacer paraguayitos), Daniel Durand (Segovia y El cielo de Boedo), José Villa, Alejandro Rubio (Música mala), Damián Ríos (La pasión del novelista y El perro del poema), Martín Gambarotta (Púnctum y Seudo), Sergio Raimondi (Poesía Civil y Diccionario crítico de la lengua), Fabián Casas (Tuca, El Salmón, Oda, El spleen de Boedo y El hombre de overall), Martín Prieto, Daniel García Helder (El Guadal), Darío Rojo, Ezequiel Alemian y Manuel Alemian, Rodolfo Edwards, Martín Rodríguez, Eduardo Ainbinder, Verónica Viola Fisher, Fernanda Laguna. Después del colapso económico y financiero de 2001 y 2002 se intensifican aun más esas activades autogestionadas.
Nuevos escritores: la literatura post-crisis
En la segunda mitad de la década de 2000, comenzó a consolidarse una nueva generación de escritores (narradores y poetas), al mismo tiempo que surgen nuevas voces con escrituras más breves, experimentales y publicadas algunas a través de Internet
Fuente:

MAFALDA
Mafalda es el nombre de una historieta argentina creada por Quino en 1964 cuyo personaje principal es una niña de clase media con una actitud comprometida ante el mundo. Mafalda es una niña preocupada por la humanidad y la paz mundial, que se rebela contra la manera en que es el mundo, apareció en periódicos argentinos de 1964 a 1973 y ha sido traducida a más de treinta idiomas.
Fue creada por Joaquín Salvador Lavado Quino para hacer reflexionar a la sociedad por medio de la ironía mostrando una visión política y social perfectamente elaborada.
El 29 de Septiembre de 1964 debutó oficialmente como Mafalda, en la Revista Primera Plana, pero en realidad fue creada el 15 de marzo de 1963, según Quino todo comenzó por casualidad, ya que Mafalda iba a ser una historieta para promocionar una línea de electrodomésticos llamada Mansfield. La agencia le encargó el trabajo a Miguel Brascó, pero como tenía otros compromisos se lo pasó a Quino (1963). La campaña nunca se hizo y las ocho tiras que dibujó quedaron guardadas. Al año siguiente Julián Delgado, secretario de redacción de Primera Plana, le pidió una historieta, y fue cuando rescató las tiras.
Personajes en orden de aparición:
Mafalda
Al comenzar la historieta tiene seis años y en marzo siguiente ingresa al kínder. Le gustan Los Beatles, el Pájaro Loco y jugar en el parque con sus amigos. Su comida preferida son los panqués, le gustan tanto que es capaz de comer sopa (que odia) para poder comerlos. En los diez años de la historieta llega hasta el tercer o cuarto grado. Los comentarios y ocurrencias de Mafalda son el reflejo de inquietudes sociales y políticas de los años sesenta. Nació el 15 de marzo de 1962, según el mismo Quino, aunque también celebra su cumpleaños el día en que apareció publicada por primera vez.
Primera aparición: 29 de septiembre de 1964.
Papá
Es un empleado de oficina, trabaja en una compañía de seguros. Su afición son las plantas de interior, ya que viven en un departamento. Tiene un coche familiar (Citroen 2CV).
Primera aparición: 29 de septiembre de 1964. En una parte de una historieta dice que se llama Ángel.
Mamá
Típica ama de casa argentina de clase media de la época, preocupada por lo que pasa dentro de su microclima hogareño. En un momento se revela que se llama Raquel. Cocina, lava, plancha, hace las compras y no maneja. Fue a la universidad y abandonó la carrera, y la sus sueños de ser pianista profesional, porque se casó.
Primera aparición: 6 de octubre de 1964.
Felipe
Felipe es un niño muy imaginativo y un buen amigo de Mafalda, Manolito, Susanita, Miguelito y Libertad. Va un año más arriba que ellos. Vive agobiado por sus tareas y su dificultad para mantener la atención en ellas. Ve la vida de manera más sencilla que Mafalda, como el niño que es. Le gusta leer al Llanero Solitario, le gustan los Beatles, casi tanto como a Mafalda, juega muy bien ajedrez y le gusta Muriel, una niña que aparentemente nunca se da cuenta.
Primera aparición: 19 de enero de 1965.
Manolito
Manolito (Manuel Goreiro) es un amigo de Mafalda, Felipe, Susanita y Miguelito, hijo de un comerciante (el propietario del almacén Don Manolo), y representa las ideas capitalistas y conservadoras, además de ser una caricaturización del inmigrante español. Siempre con los pies en la tierra, no deja lugar para la imaginación sino es para imaginarse todo el dinero que ganara cuando sea grande. Se parece mucho a su padre. Su hermano, que aparece en la tira una sola vez, trabaja en el almacén de su padre cuando lo dan de baja del servicio militar.
Una de sus características que más llama la atención es que a este personaje le agradaba la inflación que vivía el país en aquella época.
A diferencia del resto, a Manolito le gusta la sopa y odia a los Beatles y toda la moda de los sesenta, tanto como a la competencia del almacén Don Manolo.
Su mayor sueño es tener una cadena de supermercados y hacer fundir a Rockefeller.
Primera aparición: 29 de marzo de 1965.
Susanita
Según el libro Viva Mafalda se llama Susana Beatriz, en una tira aparece como Susana Clotilde Chirusi. Susanita es una amiga de Mafalda y su máximo sueño es ser madre y tener muchos hijos. Esto contrasta fuertemente con la actitud de Mafalda, más intelectual y concienciada de la liberación de la mujer y de la igualdad entre sexos. Susanita es una niña muy chismosa, al grado de enfermar a los demás. Nada de lo que pasa en su vecindario ocurre sin que ella se dé cuenta. Susanita es rubia y tiene bucles, que le dan un aspecto similar al de su madre. Como ella dice en clase, el futuro perfecto del verbo amar es “hijitos”. Se podría decir que es una conservadora. Su único pasatiempo es pelearse con Manolito, pero está enamorada de Felipe (no es correspondida). Susanita es egoísta, rencorosa y muy modesta con ella cuando sabe perfectamente que lo que habla no es así.
Primera aparición: 6 de junio de 1965.
Miguelito
Miguelito es un amigo de Mafalda, más pequeño y más inocente que el resto, y también más egocéntrico. Su mayor deseo es que su madre deje de regañarlo por no quitarse los zapatos para no maltratar la duela. Sus comentarios se acercan a las ideas autoritarias de un dictador. Su abuelo es un seguidor del Duce. A veces su inocencia contrasta con una espontánea crueldad. Se revela que su nombre completo es Miguel Pitti.
Primera aparición: verano de 1966, en la playa con Mafalda.
Guille
Guille es el hermano pequeño de Mafalda y es el único personaje que crece a lo largo de la tira. A pesar de su inocencia le gusta Brigitte Bardot y una vez le gritó a una nube que tuvo la mala educación de taparle el sol. Se caracteriza por hablar con un lenguaje infantil (“todtuga”, “zopa”). Llama a sus padres “los viejos”. A pesar de ya no estar en edad sigue usando un chupón.
La madre estaba embarazada para el golpe de estado en Argentina en 1966, pero al cerrarse el periódico donde se publicaba la tira (El Mundo), no le dio tiempo a nacer. Nació el 21 de marzo de 1968.
Primera aparición: 2 de junio de 1968.
Libertad
La más parecida a Mafalda. Libertad es muy bajita, al punto que Guille es más alto que ella. Es la única del grupo un poco más liberal que Mafalda, en contraste con los más conservadores Manolito y Susanita. Aspira a que el pueblo tome conciencia de la situación de su país, se levante en una revolución social y cambie las estructuras del país. Su madre es traductora de francés y su padre trabaja en un “puestucho de morondanga” como ella misma lo describe.
Primera aparición: 15 de febrero de 1970.
Burocracia
Tortuga mascota de Mafalda y Guille, llamada así por la lentitud que tiene para todo. Al igual que Mafalda, odia la sopa (en una tira Mafalda le da sopa y ella corre muy rápido), su plato favorito es una buena hoja de lechuga.
Primera aparición: 1970.

Luego de publicarse en la revista “Primera Plana”, pasó al diario “El Mundo” (de Buenos Aires) desde el 15 de Marzo de 1965. Cuando el diario cerró, Mafalda y sus amigos tomaron vacaciones durante un tiempo, con la mamá de Mafalda embarazada. Mientras tanto, fueron republicados en diarios del interior del país. Entonces Quino realizaba una página de humor en el semanario “Siete Días Ilustrados” y la publicación decide reemplazarla incorporando a Mafalda, que aparece el 2 de junio de 1968.
Para cuando la tira se reanuda en “Siete Días Ilustrados”, ya había nacido Guille, el hermanito de Mafalda. Uno de los juguetes preferidos de Mafalda era un globo terráqueo, al cual cuidaba como a un enfermo, lo abrigaba y hasta intentó mejorarlo con las cremas de belleza de su mamá.
Mafalda opinó sobre eventos como la guerra de Vietnam, la carrera espacial, el movimiento tercermundista, el asesinato de Kennedy, los derechos humanos, el sexo, la represión, el psicoanálisis, el feminismo y la religión, entre otros. Según los expertos, con Mafalda, el género de la historieta pasó de lo social a lo psicológico.
En cuanto al nombre, surgió de la versión cinematográfica de la novela “Dar la cara”, de David Viñas; en una escena de esa película aparece una bebe dentro de un moisés que se llama así.


LA DESPEDIDA:
Hace más de tres décadas, Quino dejó de dibujarla. El 25 de junio de 1973 apareció Mafalda por última vez en una tira. Los cuadritos finales de la historieta fueron publicados en el semanario Siete Días.
Quino fue preparando el terreno de la despedida: en el número del 18 de junio de 1973, Susanita contaba al lector: “Ustedes no digan nada que yo les dije, pero parece que por el preciso y exacto lapso de un tiempito los lectores que estén hartos de nosotros van a poder gozar de nuestra grata ausencia dentro de muy poco”. El final llegaría una semana después, todo el espacio lo ocupaban Mafalda y sus amigos, a excepción de Susanita. Mafalda decía: “Dice el director que bueno, que a partir de hoy podemos darle un descanso a los lectores, pero que si alguno de nosotros se mudare, trasladare y/o apareciere en otra revista y/o diario, él a patadas nos agarrare”. También ese día salió publicado el que podría ser el testamento intelectual de Mafalda: dormida, sonriente, sueña con que el mundo está cubierto por una manifestación. En el sueño, se le aparece Susanita para decirle: Tarada, ¿tenés pesadillas y encima te reís?
Según Quino, deja de publicar a Mafalda por temor a ser repetitivo, porque creía que ya se había dicho todo y no había nada nuevo. ¿En realidad no hay nada nuevo, Mafalda no tendría temas de los cuáles hablar en nuestros días? Aún a pesar de no ser publicada con nuevas tiras, Mafalda está más vigente que nunca y las críticas que hiciera en sus épocas con bien recibidas en la nuestra.
Cronología
  • 15 de marzo de 1962: Quino dibuja Mafalda como parte de una campaña para las lavadoras Mansfield, pero ésta no se realizó.
  • 1964. En el suplemento humorístico «Gregorio» de la revista Leoplán aparecen tres tiras de Mafalda.
  • 29 de septiembre de 1964: La tira Mafalda comienza a publicarse (dos por semana) en la revista Primera Plana. Aparecen como personajes Mafalda y su papá.
  • 6 de octubre de 1964: aparece la mamá de Mafalda.
  • 19 de enero de 1965: aparece Felipe.
  • 15 de marzo de 1965: Quino se traslada al diario El Mundo y Mafalda se comienza el kinder.
  • 29 de marzo de 1965: aparece Manolito.
  • 6 de junio de 1965: aparece Susanita.
  • Febrero de 1966: aparece Miguelito.
  • Agosto de 1967: la madre de Mafalda se entera de que está embarazada.
  • 22 de diciembre de 1967: cierra el diario El Mundo y Mafalda deja de aparecer por cinco meses.
  • 21 de marzo de 1968: nace Guille mientras la tira no se publicaba.
  • 2 de junio de 1968: Mafalda vuelve a publicarse, esta vez en el semanario Siete Días Ilustrados y con cuatro tiras por semana.
  • Fines de 1969: el papá de Mafalda se compra un Citroen 2CV (coche económico, típico de la clase media argentina en los años sesenta y setenta).
  • Febrero de 1970: aparece Libertad.
  • 25 de junio de 1973: Aparece la última tira cómica de Mafalda.
  • 1976: Quino realiza un afiche que ilustra los principios de la Declaración de los Derechos del Niño con los personajes de Mafalda.
Por todo lo que representó y representa, por los ratos de humor, por tus críticas, por tu forma de ver el mundo, por rebeldía, por tus deseos de paz y un mundo mejor te decimos: Gracias Mafalda. Gracias Quino. Gracias por regalarnos tu talento.
Fuente:http://radio5inco.wordpress.com/2009/03/13/%C2%A1feliz-cumpleanos-mafalda/

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